Entre viandantes de todo tipo, de diferentes edades y nacionalidades, el ajedrez se abre paso ante la pluralidad de la transitada Calle Larios, en la capital malagueña. Y lo hace gracias a Antonio, un español jubilado que, por circunstancias de la vida, viajó a Francia con apenas 7 años, volviendo décadas después a su tierra natal, como delata su acento en la amable conversación que pudimos tener con él y en la que nos asombró con numerosas anécdotas que bien darían para llenar un interesante libro.
En Francia fue donde empezó a hacer lo que hace en Calle Larios y que ha convertido en todo un éxito. A este tipo de prácticas se las conoce hoy en día como “Urban Chess”, pero lo que hace Antonio es mucho más que ajedrez en la calle. Lo que ocurre en Calle Larios es ajedrez puramente social, un ajedrez que fusiona culturas y lenguas en torno al noble juego; es un actividad que congrega a quien quiere jugar y a quien quiere presenciar unos minutos de partida haciendo un alto en su camino; es también enseñanza de los elementos esenciales del juego para aquellos menos experimentados que se acercan entre la curiosidad por aprender y el deseo de jugar. Y es que Antonio, siempre con una sonrisa amable y sincera, tiene ese don del equilibrio, por un lado capaz de convertir una partida en una lección en la que el rival en inferioridad consigue ganar descubriendo el camino para hacerlo, y por otro capaz de liberar una bonita batalla de tú a tú en busca del jaque mate.
En definitiva, lo que Antonio hace es promoción del ajedrez de forma espontánea y desinteresada, entregando su tiempo a su pasión y a los demás, y abriendo la puerta del ajedrez a todo aquel que pase por Calle Larios y desee cruzarla para disfrutar en torno a este bonito deporte. Cada martes y jueves, y muchos sábados, Antonio avisa en el grupo de Whatsapp a sus casi dos centenares de integrantes, llena su carro con 5 juegos y unas sillas plegables, coge el autobús hacia el corazón de Málaga, y se ubica en torno a las 5 de la tarde, normalmente en Calle Larios, y puntualmente en el Muelle 1.
Desde la Delegación Malagueña de Ajedrez, queremos mostrar todo nuestro agradecimiento y apoyo a Antonio por la enorme labor que hace, y a tantas otras personas que hacen lo mismo que él entregando su tiempo por el ajedrez y por los demás, para hacer que la gran familia crezca, y hacer real el famoso e internacional “Gens una Sumus”.